Hoy viajamos a Oporto (Portugal) para visitar una de las tiendas literarias más impresionantes del mundo. Librería Lello es un sitio bello y fascinante. Resulta que, a parte de ofrecer un gran catálogo de libros, también despierta varias controversias y debates apasionados. Y esto sucede por un par de razones.
La llaman “Librería de Harry Potter”. Dicen que sus preciosas escaleras fueron la fuente de inspiración para la autora de esta famosa saga literaria. Muchos reconocen la influencia de la arquitectura de los interiores Lello en las descripciones de Hogwards (la escuela de magia donde tienen lugar las principales escenas de esta novela). Pero en los últimos años J.K. Rowling lo niega, comentando que no estaba allí antes de crear su bestseller de la literatura juvenil. Me pregunto, si la escritora pudo inspirarse en las fotos o los videos, sin ver personalmente el edificio original. Ahí lo dejo. Sorprende bastante este mal rollo entre J.K. Rowling y la librería responsable de unas ventas importantes de “Harry Potter”. La tienda dispone de una sala entera dedicada a estos libros y todos los objetos de colección relacionados con la serie.
La entrada a Lello no es gratis, se paga unos 8 euros por persona y toca esperar en unas colas enormes. Mucha gente está indignada por la obligación de pagar el billete a una librería, como si fuera un museo. Pero si los clientes durante la visita deciden comprar libros, en la caja se descuenta la cuota de la entrada. A mí, personalmente, no me parece mal el hecho de cobrar el ticket, teniendo en cuenta que la tienda está saturada de turistas y las colas son larguísimas (ni me las imagino con la entrada libre). Cobrando los billetes y ofreciendo descuentos, los encargados controlan la cantidad de gente que entra y animan las ventas de sus libros, cuidando bien de su negocio.
¿Qué te parecen estas dos cuestiones “problemáticas”? Nos encantaría conocer tu punto de vista. Te invitamos a compartir reflexiones en los comentarios de este post. ¡Tu opinión cuenta!
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